Ejercicio de estilización

"La clausura del amor" de Hugo Arrevillaga
Propuesta escénica basada en el expresionismo austriaco.

Esta obra se trata de una pareja que está terminando su relación y al hacerlo, se hieren profundamente con el diálogo, cada quién tiene su monólogo y cuando uno habla, el otro reacciona sólo con la expresión corporal.

La puesta en escena que dirigió Hugo Arrevillaga en el Granero, dentro del CCB, consistía en un pasillo blanco que abarcaba todo el teatro, como piso y unas lámparas que estaban colocadas a lo largo de este pasillo; al final, los actores se descalzan y manchan sus pies con sangre al pararse en una charola con sangre fuera del pasillo, ya manchados, pisan el pasillo blanco y se van.

Elegí al pintor Egon Schiele, porque me gusta mucho su trazo y técnica, y porque me parece que la deformación de los cuerpos que ilustraba, va muy acorde con el sentido de la obra.
En mi propuesta, hay un piso pintado, con un torso al estilo de Schiele, deforme, alargado y sin sexo definido, las butacas están encontradas para que el público se perciba entre si y al momento de las charolas con sangre, imagino un cubetazo de agua que cae sobre los dos. Esto para reemplazar la sangre, ya que los vestuarios son en tonos vino, para simbolizar la sangre.





2 comentarios:

  1. El trabajo artístico en general de Egon Schiele, en cuanto a desarrollo temático, me parece que va acorde a lo que plantea la obra de Rambert en cuestiones de la develación humana partiendo de una desarticulación amorosa; toda esta necesidad de mostrar la destrucción física y moral del ser humano a partir de su vacío existencial en continuo conflicto con la soledad, la incertidumbre, lo sexual, lo pasional...
    Sin embargo creo que el planteamiento o justificación del torso que se propone en vez de la pasarela me queda corto, y no entiendo el discurso de esa pintura en específico en comunión con el de la obra. Puesto que la pasarela en blanco, donde se representaba la obra, me remontaba a un camino que se iba fracturando con cada cuchillada que se arrojaban con los monólogos, y la acción de ensangrentar sus pies y caminar por ahí me hablaba de esta matanza entre ellos, en su propio camino, como si al final sólo quedara de aquel amor ese camino ensangrentado por sus propios pasos. Y en cambio, el torso visualmente sí me remite a una descoyuntura, pero en singular. Me deja atrapada en lo singular, y creo que esta obra va de la pluralidad sensorial y emotiva de relación amorosa como la incógnita de la necesidad de un otro, que en su construcción,en este caso, cae en decadencia y al mismo tiempo va trascendiendo en lo terrible de la muerte de la pasión y la relación, y ya después se pasa a lo particular en cuanto a la postura amorosa, que justo, a mi parecer, es la reflexión póstuma de la obra. Y el cubetazo de agua me queda muy ambiguo, pues la relación del vestuario con la sangre puede resultar poco clara como "acción simbólica" y me devela la necesidad de reemplazar la primera propuesta con un símil y no a partir de una reinterpretación de todo el concepto discursivo y estético de la obra.

    Carolina Gómez G.

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  2. Tuve la oportunidad de ver esta obra y antes de dar mi punto de vista sobre la propuesta de estilización aquí mencionada, me gustaría comentar sobre el montaje de Hugo Arrevillaga. Considero que la puesta en escena de “La Clausura del Amor” carece de símbolos contundentes, su intento por representar un vacío, el cual muchas veces nos dejan las relaciones humanas, no me parece muy acertado. A mi juicio, la intención del director era llenar el espacio con pocos elementos y que el texto, las actuaciones y el símbolo/acción final, fueran las que llenaran el vacío. Lo que más me impactó de esta obra fue la calidad actoral tan conmovedora de Arcelia Ramírez, quién con su gran experiencia, corporalidad y emotividad crea un vínculo fuerte con el público.
    La propuesta de estilización aquí compartida, me parece buena pero no creo que ayude a generar el vacío que Rambert propone en su puesta en escena “Clôture de l´amour”. El torso deforme de Schiele me gusta pero tal vez podría incluirse de otra manera: en el vestuario, en los asientos del público o colgando, como una especie de carnicería pasional… La paleta de colores propuesta me parece que cae un poco dentro del cliché, el cual relacionamos con la pasión, el amor, la violencia, etc. El cubetazo de agua tampoco me agrada mucho. Tal vez si fuera cayendo poco a poco el agua y a lo largo de la obra sería más conmovedor, como una especie de metáfora del tiempo, las relaciones humanas y las lágrimas que brotan de cada herida. La disposición del público aquí descrita es la misma que propone el director…, yo pondría al público entre los dos actores y colocaría a las mujeres viendo al hombre y a los hombres viendo a la mujer. Al investigar acerca de la puesta en escena de Rambert me atrajo más la idea de usar colores fríos y neutros en el vestuario y la escenografía. También la propuesta de un penacho en cada actor y el uso de un coro infantil, me parecen ideas interesantes, fuera del realismo convencional.
    Este tipo de espacios son buenos para la reflexión teatral.
    ¡Saludos!

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